Como ya te hemos contado en otros blogs, antes de invertir, es elemental que sepas cuál es tu perfil de riesgo, proceso del cual vas a poder obtener el plazo que más se adecúe a tus perspectivas de inversión.

 

El plazo de tus inversiones es un factor decisivo a la hora de hablar de productos financieros disponibles en el mercado, pues no puedes comprometer tu patrimonio sin antes saber cuándo podrías necesitar tus ahorros.

 

Por esto, te presentamos lo que ofrece el mercado chileno, ordenado por plazo sugerido a la hora de invertir (de menor a mayor): ¡Revísalo!

 

Pacto de Retrocompra

Como su nombre lo indica, este contrato de compraventa te permite adquirir instrumentos financieros tales como títulos de créditos o renta fija con un compromiso de venta posterior a un precio prefijado, el que incluye ingresos por intereses.

 

Ambas partes -la institución financiera y tú- deben estipular la duración del contrato (que va desde 1 día) y, una vez que este plazo se cumpla, deberás cumplir con tu compromiso de revender los mismos instrumentos financieros a la misma institución. Este tipo de inversión sirve si cuentas con liquidez y no te gusta asumir mucho riesgo. A diferencia de un depósito a plazo, cuentas con un respaldo adicional a la institución financiera. Mientras ésta no te pague, el instrumento financiero que compraste está en tu poder.

 

Depósito a plazo

Muchas personas ocupan este producto para ahorrar en el corto y mediano plazo. Un depósito a plazo es un préstamo momentáneo de dinero a una institución financiera a cambio del pago de intereses.

 

Puede tener plazo fijo, renovable o indefinido, lo que significa que el contrato se estipula con una fecha inamovible de cierre -y pago de intereses-, o bien cuenta con la posibilidad de prorrogarse automáticamente por la misma cantidad de días.

 

El plazo mínimo para este tipo de inversión es 7 días para depósitos no reajustables y 90 días para los reajustables. Existen diversos simuladores que te ayudan a calcular los intereses que puedes ganar según las distintas opciones disponibles.

 

Fondos Mutuos

También una opción de inversión en el corto y mediano plazo, los Fondos Mutuos se conforman por dineros que aportan personas naturales o jurídicas a un vehículo legal llamado Fondo, el que es administrado por una sociedad administradora. Esta sociedad administradora, también llamada Administradora General de Fondos o AGF, y tiene la responsabilidad de invertir los recursos de sus aportantes en distintos instrumentos financieros con el objeto de conseguir ganancias.

 

Los Fondos Mutuos, a diferencia de activos financieros individuales, invierten recursos en varios instrumentos, facilitando así la diversificación de las inversiones, siendo la AGF la responsable de invertir los recursos de acuerdo a lo que el Reglamento Interno del fondo le permita.

 

Estos instrumentos no tienen rentabilidad asegurada, por lo que es fundamental que te informes previamente, tanto acerca de los tipos de instrumentos en los que cada fondo invierte, como de la sociedad administradora y su capacidad de gestión, monitoreando de forma periódica sus resultados.

 

Existen fondos que administran mucha liquidez y pueden ser rescatados diariamente a un bajo riesgo y fondos de mayor riesgo que son recomendados para plazos de inversión superiores al año.

 

Cuota Fondos de Inversión

A diferencia de los Fondos Mutuos, estos instrumentos suelen transarse por Bolsa, permitiendo a sus aportantes vender sus cuotas en el mercado. Estos Fondos también son administrados por una AGF (u otras sociedades legalmente facultadas como las administradoras de Fondos de Inversión).

 

Al igual que los Fondos Mutuos, también los hay de tipo rescatable o no rescatable y sus políticas de inversión también son fijadas por el Reglamento Interno del Fondo, el que debe ser de público conocimiento. Una de las ventajas que cuentan los Fondos de Inversión, es que algunos de ellos cuentan con presencia bursátil, permitiendo a sus aportantes gozar de exención tributaria por la ganancia de capital, siempre y cuando hayan sido vendidos por Bolsa.

 

Acciones

Las acciones son una fracción del capital social de una empresa y pueden ser transadas en Bolsa siempre y cuando se trate de una sociedad anónima abierta.

 

Invertir en acciones de sociedades anónimas abiertas no sólo implica tener el derecho de propiedad de una parte de una empresa, sino también tener acceso a instrumentos de inversión de alto riesgo permitiendo a sus dueños rentabilizar sus inversiones de acuerdo al negocio propio de cada empresa. El retorno de estas inversiones proviene de 2 fuentes, i) los dividendos que reparte cada empresa en función de las utilidades generadas, y ii) la ganancia de capital que proviene de las mayores expectativas del mercado respecto de la empresa.

 

Una de las ventajas más relevantes de las acciones de sociedades anónimas abiertas, es la facilidad de comprarlas y venderlas en el mercado a través de una corredora de bolsa, permitiendo acceder a liquidez inmediata en caso de que el inversionista así lo requiera. Para aquellos inversionistas más sofisticados, son también una fuente de financiamiento extra a través de las operaciones llamadas simultáneas, pero eso lo dejamos para otro blog.

 

Debido a que el valor de las acciones suele fluctuar mucho, este tipo de inversiones es recomendada para aquellos inversionistas que tienen una alta tolerancia al riesgo y que pueden sostener pérdidas en el corto plazo con tal de obtener rentabilidades de largo plazo que suelen ser mayores que en otros instrumentos financieros.

 

Algo que tienes que tener muy claro a la hora de invertir en este tipo de instrumentos es que a diferencia de los Fondos Mutuos o de Inversión, la diversificación debes hacerla tú y evitar a toda costa invertir todos tus ahorros en muy pocas acciones. Como regla fácil, si estás buscando diversificar, invierte siempre en distintas industrias y al menos en 10 acciones.

 

Algunas acciones también pueden tener presencia bursátil, permitiendo a sus accionistas gozar de exención tributaria por la ganancia de capital, siempre y cuando hayan sido vendidas por Bolsa.

 

Conclusión

Como habrás podido darte cuenta, el horizonte de inversión es fundamental en el ámbito financiero, ya que puedes invertir tu dinero desde productos muy líquidos y de muy corto plazo, hasta productos menos líquidos y recomendados para plazos de inversión más elevados.

 

Si quieres conocer más productos, te invitamos a conocerlos en el siguiente link de la Comisión para el Mercado Financiero.