Para ella esta etapa no afectó sus condiciones físicas y mentales por lo que decidió emprender con su propio negocio. La idea surgió a raíz de que su hija mayor presentará celiaquía, enfermedad autoinmune con la cual se nace. Esta condición no es más que la intolerancia a la proteína del gluten que contiene el trigo, la cebada y el centeno. Es decir, que alimentos como el pan, tallarines o galletas entraban al grupo de alimentos que no podía consumir.


Encontrar versiones de estos alimentos sin químicos o preservantes no era común, por lo que resultaba cuesta arriba llevar a cabo una alimentación saludable. Es por ello que Gisela decide hacer pan sin gluten que fuera bueno y saludable para que su hija pudiese disfrutar de la comida y de la buena alimentación. 


Sin duda, la condición de su hija fue la impulsora de esta idea que poco a poco fue creciendo convirtiéndose hoy en día en una panadería con sedes en varias regiones de Chile.