Por eso es importante que estudies las alternativas disponibles en el mercado asegurador, haciéndote preguntas como: cuál es tu necesidad actual, qué te lleva a evaluar un seguro, por qué y para qué usarás el seguro, para cuándo lo necesitas y cómo te gustaría que te ayude.

Para responderlas y, en consecuencia, contratar el seguro que mejor se adecue a lo que buscas, ten claras estos cinco aspectos que explicamos a continuación.

Un seguro es un producto pensado como un mecanismo de protección para ti y tus seres queridos. Teniendo en mente que la naturaleza de estos productos es de largo plazo, son cinco los aspectos que te recomendamos considerar cuando decidas contratar uno:


1. Edad

Mientras antes contrates un producto de protección, mejor. Así te preparas para enfrentar un imprevisto, te vuelves más consciente de las posibilidades o riesgos que existen, y vives con la tranquilidad de estar protegido.

Además, existe una relación directa entre edad y problemas de salud. Mientras más joven contrates un seguro de vida o de salud (puedes hacerlo desde que cumples la mayoría de edad), accedes a mejores coberturas y a primas más convenientes que si lo hicieras con una edad más avanzada. Es más, si dejas pasar muchos años podrías llevar contigo enfermedades que se transformarán en preexistencias a la hora de contratar un seguro.


2. Preexistencias de salud

Este punto está muy relacionado con el primero. Las enfermedades o condiciones de salud previas, como lo define la Superintendencia de Salud, son asuntos a considerar cuando tomas un seguro, principalmente si es de vida o salud.

En este último caso, lo ideal es que tomes un seguro estando sano. También puedes hacerlo si tienes alguna condición o problema de salud, pero la compañía deberá revisar la situación.

En este sentido, es importante que seas transparente sobre tu estado de salud y lo que te pregunte la compañía al contratar el seguro. Cuando realmente necesites activar este producto, la aseguradora podrá rechazar la cobertura si tu problema o pagar menos, dependiendo de la evaluación que realice.

Es importante que seas transparente sobre tu estado de salud al contratar el seguro con el cual buscas protegerla.


3. Seguridad financiera

Contratar hoy un seguro de vida significa que el día de mañana, cuando ya no estés, tus beneficiarios contarán con un capital que asegurará su calidad de vida durante un periodo de tiempo.

Será un colchón financiero que amortiguará en parte los costos que tus seres queridos deben enfrentar al no contar ya con tus ingresos.

Por ende, cuando evalúes este producto, debes calcular bien el capital que quieres que tus seres queridos reciban cuando la póliza se active. Toma en consideración los gastos actuales que hacen como familia e individuales, situaciones posibles en materia de salud, hogar y estudios, así como aquellos imprevistos que podrían surgir en el camino (una emergencia de salud, por ejemplo).


4. Beneficiarios

Se entiende por beneficiario la persona que tiene derecho a la indemnización en caso de que ocurra un siniestro. Tú eliges quiénes son los beneficiarios del seguro de vida que contrates, dependiendo del seguro y cobertura a los cuales quieras acceder. En este caso, como contratante, beneficias a otra persona que tenga un vínculo directo contigo; por ejemplo: familiar, cónyuge, hijos, padres o acuerdo de unión civil.

Cabe mencionar, si tienes contratado la cobertura adicional de invalidez tu como asegurado accedes al beneficio.


5. Prestigio de la aseguradora

La institución que elijas para contratar este producto debe ser confiable. Por ende, es importante que estudies las diversas alternativas disponibles en el mercado asegurador chileno.

Para tomar una buena decisión, investiga y consulta a tus cercanos sobre su experiencia con su compañía de seguros. Entre otros aspectos, fíjate en:

  • Cómo responde a clientes y tiempos de respuesta

  • Tipo de reclamos por el cual es conocida

  • Riesgo de la compañía

Par mayor información, puedes consultar los Informes del Mercado de Seguros de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), que supervisa a la industria aseguradora, o los estudios y rankings sobre el comportamiento del mercado asegurador que hace el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac).


Conclusión

Contratar un seguro requiere que de antemano tengas claro cuál es tu situación en cuanto a edad, estado de salud, tus necesidades financieras, tus beneficiarios, y cuál compañía de seguros ofrece el mejor servicio.

Todos estos factores pesarán más o menos en tu decisión dependiendo de la etapa de vida en la que estés, la situación o necesidad que te lleva a evaluar contratar este producto, y el bien o persona que quieres asegurar.